Ellos huelen a verano. Hay personas que son estaciones, en serio. Yo por ejemplo, soy más primavera, pero ellos olían a mar, a chiringuitos en la orilla, a bañador mojado, a crema solar, a noches eternas y abrazos salados.
Eligieron Hondarribia como lugar de encuentro porque ellos, a pesar de que no viven allí, se conocieron hace unos años en este lugar exacto, en verano, además. No podía haber sucedido de otra manera. Así que nos dedicamos a pasear, a esquivar mosquitos y a disfrutar del calor con el que se anunciaba ya el verano.
Os aviso de que si veis este reportaje, os podéis enamorar de Hondarribia y también quizás, un poquito de ellos.
A mí me han pasado ambas cosas y ya estoy mirando un fin de semana libre para volver al lugar en el que Naiara y Fer se abrazaron por primera vez.
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