Después de callejear por París con Vir y Fabien en su preboda, les tocó coger un avión para celebrar su boda y casarse en el Mirador de Yrisarri en Navarra.
La boda era de tarde pero los primeros bostezos ya estaban cargados de emoción. Después de cada uno vestirse entre amigos, ellos se vieron por primera vez de novios, en mitad del bosque. Qué bonito ser testigo de esas miradas tímidas y curiosas.
Llovió, sí, pero a veces pasa que estás feliz sin importar el cómo ni el dónde, porque el con quién, gana al resto.
Dicen que París es la ciudad del amor, pero creo que aquel día, Yrisarri ondeó esa bandera gracias a Vir y Fabien.
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