Me he quedado sin palabras. Creo que esta sesión habla por sí sola, así que voy a ser breve porque quizás si me leéis mucho os perdéis la magia que se esconde bajo las sábanas donde esta familia se quiere.
Ellos son Luis, Clara y el pequeño y tierno Adur. Querían algo natural y creo que no hay reportaje más auténtico que aquel en el que retratas a una familia en la intimidad de su habitación.
A Luis y a Clara ya les había retratado en su boda y en su embarazo, así que fotografiar a Adur fue como cuando un atleta consigue llegar a la meta: el mejor premio de todos.
Gracias por confiar en mí y por dejarme colarme, durante un rato, en vuestra bonita intimidad.
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